Por Catalina Sánchez Caballero Investigadora RADDAR CKG, Directora Observatorio de Moda RADDAR Inexmoda.
Para empezar hay que hablar sobre el “ismo” terminación la cual se usa para crear un sustantivo sobre una actividad o pensamiento que una población, grupo en común o personas comparten o siguen. Habiendo entendido lo anterior hay que hablar como estos “ismos” están trasformando la sociedad, esto debido a que no solo cambian los ideales de las personas, sino como estos ideales cambian ciertos hábitos de consumo. Hay que resaltar que al colocar los “ismos” en comillas no es una forma de burla, sino es la manera en resaltar dicha terminación.
En este caso vamos a pensar sobre como ciertos movimiento han conseguido seguidores los cuales han afectado un mercado completo, un ejemplo de los cambios en las costumbres y hábitos de consumo es el movimiento vegano, quienes no solo cambiaron su dieta, sino que restringieron su consumo en otras categorías donde se realice el uso animal en algún punto de la cadena. Estos cambios generaron toda una tendencia de consumo y ha sido popularizada y seguida cada vez más, lo cual género que se visibilizaran aún más los productos que no poseen materias primas animales y los restaurantes veganos y vegetarianos.
Otro movimiento que también ha logrado estos cambios en las personas y sobre todo en la sociedad es el Feminismo. Movimiento que el cual busca la igualdad de derechos entre hombres y mujeres en condiciones políticas, sociales y laborales, cuyos seguidores son denominados feministas. Ser feminista y seguir el movimiento del feminismo ha sido tildado de negativo en varias ocasiones y lo es aún para muchos, quienes por algunas razones creen que es un tipo de odio a los hombres, afirmación que no es cierta. Sin embargo como todos los extremos son malos, el feminismo no tiene una corriente light, pero si tiene una rama muy “radicalizada” y entre esos aspectos que son poco aceptados cabe resaltar la sinergia entre la moda y el consumo.
Para quienes siguen el feminismo de manera extrema o poco mediadora, no hay razón para que movimiento pueda tener una buena interacción con la moda, no solo porque es un tema trivial por hacer alusión en muchos casos solamente a la imagen; sino porque la industria se ha encargado de vender falsos estándares, cosificar y menospreciar a las mujeres. Sin embargo la moda también ha servido como movimiento revolucionario, como ventana y hoy en día como speaker de una situación.
Es por ello que el feminismo, si bien no debería entender y estar de acuerdo como sucede la moda, debido a que en muchos procesos de producción las más afectadas han sido mujeres; se podría pensar que la moda es una forma de expresar la libertad que una mujer tiene, ya que cada quien se viste como quiere y puede. Por otro lado el acto de vestirse es tan equitativo que todas las personas lo hacen y no hay nada tan liberador y representativo como una mujer que sabe y aprovecha su fortaleza y hace gala de un traje a la medida, llevándolo mejor que un hombre. Mientras para el caso de un hombre llevar una falda es una falta a su “hombría” en varios casos y hasta un símbolo de debilidad.
Ahora, el feminismo es un movimiento que ha cambiado todo un mercado, que ha generado que más mujeres compren a mujeres y que la hermandad entre mujeres se incentive, sin embargo al pensar en otros movimientos que parecen ser menos imponentes también han generado cambios en el mercado.
Los consumidores también se han visto volcados hacia el consumismo, donde la necesidad de comprar y comprar crece, aun en bienes que no son esenciales para la vida. El consumismo transformo industrias completas al pasar de producciones cortas y personalizadas a la elaboración en masa y en grandes cifras; este consumismo se evidencia en todas las categorías pero sobre todo en vestuario. En esta categoría en general, las grandes compañías han logrado que la moda sea un tema de producción en masa y que llegue en cierta forma a cada casa.
De allí que el consumismo y el feminismo tengan una fuerte interacción con la moda y que así como hablar de uno de estos temas como del otro, en este contexto, es igual de importante. Por ejemplo el feminismo se aparta de la cosificación femenina, pero al final del día es el consumismo quien alimenta dicho interés. El feminismo quiere iguales condiciones laborales para hombres y mujeres, sin embargo es el consumismo el que continúa alimentando las brechas de poder y capacidad entre hombres y mujeres: así como las malas condiciones laborales para la producción. El feminismo habla como el género no es un factor que deba separar a las personas, sin embargo el consumismo sigue creando productos en masa donde el uso es en particular para un género y ha olvidado el genderless en variadas ocasiones.
El consumo de un bien u otro va a seguir siendo una tarea diaria que puede llegar a ser casi un rito y estar basado en las creencias de cada persona, además de servir para satisfacer necesidades; no obstante la forma en que compramos y consumimos se ve afectada por la forma de pensar de cada uno, sus creencias y preferencias, por lo cual todos los “ismos” que surgen dentro de la sociedad terminan por cambiar patrones de consumo. Es decir que si en moda en este momento solo se me ocurren dos “ismos” fuertemente conectados y presentes en el día a día, no quiere decir que al interior de compra de una hogar o en la decisión de una persona no intervengan muchos más, que finalmente en algún punto pueden cambiar hábitos y hasta revolucionar a nivel cultural completamente, porque a pesar de ser individuos seguimos siendo seguidores en diferentes aspectos.
http://blogs.portafolio.co/raddar/2019/02/18/feminismo-y-consumismo/
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