Por: Catalina Sanchez Caballero, Directora de Estudios Sectoriales de Raddar
Resulta cierto que estamos pasando por días difíciles. Y es que todos lo terminamos viviendo de manera diferente. Para cada persona la complejidad ha sido diferenciada de acuerdo con su “modus vivendi” y por supuesto esto tiene que ver con la plata que tenemos en el bolsillo, la billetera o la cuenta de ahorros; la tensión de estar en casa y de la incertidumbre. Todo esto dejo sembrado a nivel comercial y de mercadeo una palabra de cuyo uso se abusa por estos días, tanto, que para mí resulta “quemada” o “trillada” se trata de la famosa: reinvención.
Para la Rae el infinitivo de la palabra, es decir reinventar, es literalmente volver a inventar. En consecuencia, una reinvención es el proceso por el que se somete algo ya existente a ser hecho de nuevo.
En estos días, esta ha sido una palabra que muchos han tomado como bandera para cambiar de forma o fondo sus negocios. Lo cual frente a crisis es muy valido y perfectamente necesario. En particular, para la industria de la moda; que a nivel mundial y aquí en Colombia podría estarse enfrentando a uno de sus más oscuros capítulos en la última centena de años.
“Reinvención” en la industria de la moda
Pese a eso, algunas marcas con cierta disponibilidad y capacidad han podido diseñar y fabricar prendas y accesorios que pueden ser útiles para la protección para estos momentos. Lo considero necesario, así como permitido; pero sobre todo, creo que este tipo de cosas deberían ser una consecuencia o continuación del ADN de una marca. Para esto, se necesita responsabilidad.
Responsabilidad en la medida que las personas ponen su confianza en sus artículos y sí no se es lo suficientemente claro en cómo un producto aporta y cómo este funciona; en el momento que este articulo llegase a fallar, si, se ganó una compra y estar en el momento indicado, pero perdió a un consumidor y a un comprador para el futuro. Sobrando decir, que este tipo de detrimentos van en contra del valor de la marca.
Esta reinvención en conjunto y para la industria debería o, más bien, podría venir acompañada no solo de vender lo que ahora es útil, sino también de un cambio desde el corazón de los negocios. Desde la forma en que producimos, en cómo somos responsables de nuestros desechos, de nuestros procesos de producción y del StoryTelling que estamos contando a quienes por meses o años han estado confiandos en nosotros como marcas y en nuestros productos.
Ninguno se va a inventar una prenda no existente. En tanto que la ropa es un reflejo de la necesidad anatómica, es decir, no podemos hacer jeans de 3 piernas, porque sería inútil. Si podemos hacer jeans que en su elaboración disminuyan su uso de agua o que su confección no implique pagos injustos, condiciones infrahumanas en los talleres, o inclusive practicas poco éticas.
Responsabilidad, más allá de productividad
Siento que, si bien la industria de moda debe ponerse al servicio, y en algunos casos aportar, como lo han hecho algunas marcas en prendas de protección. También hay que entender que no todas las marcas pueden hacer una “reinvención”, no sólo por su ADN, sino por los costos que están detrás de la cadena productiva.
Valoro el esfuerzo de marcas jóvenes que han cambiado su cadena por hacer tapabocas. Pero, ¿Qué sentido tiene hacerlos si al final eso no alimenta la marca, genera sobrecostos en producción, y muy seguramente no cumplirán con los estándares de seguridad requeridos?
La reinvención entonces no es sólo hacer por hacer, sino ser más conscientes de que sí vamos a inventar sobre lo creado, es con el espíritu de poder reparar o mejorar esos aspectos negativos existentes. Por lo cual, la reinvención en la moda no debería solo estar ligado a hacer tapabocas con los retazos de nuestras producciones.
Creo que la palabra y el contexto para este momento coyuntural, es un instante propicio para repensar la forma en que hacíamos ciertas cosas. Desde lo físico hasta lo menos tangible; como las estrategias de mercadeo, comunicación y en un fin último, encontrar alternativas más allá de las promociones para continuar en el juego.
Al final del día no es que las personas estén dejando de vestirse, sino que se están enfrentando a otros momentos de uso. Tenemos nuevos universos de vestuario. Y, en el largo plazo, cambios de tendencias, cambios en los patrones de consumo y cambios en las perspectivas del compra.
Es por ello que la palabra reinvención no solo debería justificar un cambio de oficio mientras las crisis; sino fomentar un cambio de estructura para nuestras marcas y construir para crecer de allí después de que todo pase.
Articulo Revista P&M
Ver original: https://revistapym.com.co/comunicacion/una-palabra-de-moda-o-una-accion-en-conjunto
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